Jim Cornette, sobre Roman Reigns: «Es la primera vez que alguien es rechazado por los fanáticos de esa forma»

Jim Cornette estuvo recientemente en Busted Open Radio, donde hablo sobre las críticas de los fanáticos hacia Roman Reigns y se aventuró a proporcionar una posible solución. A continuación, os dejamos con los puntos más destacados:

-Sobre las críticas de los fanáticos hacia Roman Reigns

«Es una situación que nunca antes había surgido en la industria de la lucha libre profesional. Es la primera vez que alguien es rechazado de esa forma por los fanáticos. No por su falta de habilidad, sino porque la gente sabe que el «imperio del mal» quiere que sea la cara de la empresa. (…) Se han rebelado contra la compañía, contra la gerencia, (…) le han dado la espalda a la compañía porque sienten que no se cuenta con sus favoritos, sobre todo, con Daniel Bryan. (…)”

«Los fanáticos piensan, ¿por qué voy a comprar un boleto y mercancía de una compañía que no me gusta? (…) Años atrás McMahon fue lo suficientemente bueno para manejar la situación: tenía a Steve Austin como ‘Stone Cold’ como figura en la que los aficionados proyectaban sus desacuerdo con la empresa. (…) El público se ha manifestado contra Roman Reigns y como nunca ha sucedido algo así, creo que WWE está yendo contracorriente. Estoy seguro de que todos los niños adoran a Roman Reigns pero la audiencia base, las que mayor cantidad de dinero están pagando, y que está más informada que nunca debido a Internet, van a estar en desacuerdo hasta que se cansen de ello o la empresa los escuche. Sin embargo no parece que se vayan a cansarse hasta ahora porque no ha cambiado nada.

-Sobre una posible solución al caso Roman Reings

«Lo haría de alguna manera en la que Daniel Bryan estuviera involucrado. Intentaría  juntar a esos dos chicos. He hablado de esto en mi podcast antes: de alguna manera se ha de juntar a esos muchachos, ya sea entrevista, un combate por parejas o una situación en la que Roman Reigns rescate a Bryan. Entonces Roman, sorpresivamente, puede atacar por la espalda a Daniel Bryan. Que se desate, él y el público; que se convierta en la versión de 2018 del ‘Die Rocky Die’. Que se justifique como ‘Yo nací para esto. Iba a tener todo esto, pero fue por tu culpa’. Esto no significa que vaya a ser un heel genérico, sino un heel tipo ‘no confío en nadie’. Eso ya ha funcionado antes, ¿no? Entonces, Stephanie McMahon sale a felicitarlo por ver la luz y él puede “insultarla” y hacer hincapié en que solo es una ‘McMahon’. Ha de llegar a un punto en el que sea odiado por todos. Habría que enfrentarle con toda superestrella de medio cartel, heel o face, para demostrar que están por debajo de él. (…) Deberían dejar que sea un anti-todo y que los escritores se alejen de él. Dejadle escribir sus propias promos y encargaos de poner énfasis en que esté contra todo y todos. (…) Solo dadle una oportunidad. Si la respuesta del público es la buscada, ese es el camino a seguir. (…) Solo hay que darle la oportunidad de ser diferente. Cuanto más rudo y sucio se ponga, más va a gustar y lo respetarán un poco. Debe haber sangre.»

-Sobre la ‘muerte’ de verdaderos babyfaces y heels en la lucha libre profesional

«Hemos perdido la capacidad de culpar al personaje por cosas desagradables en la televisión en lugar de a la promoción, pero también hemos perdido la capacidad de tener a alguien que sea querido porque hizo algo para serlo. A menos que se te ocurra otro Mick Foley, que es tan agradable cuando sale en pantalla, los faces no se vuelven tan fuertes y queridos ni los heels tienen tanta reacción como se supone que debería.”

-Sobre que en el pasado las promociones no fueran tan pacientes como lo es WWE con Roman Reigns

«Crecí viendo Memphis Wrestling. Tenían un plan de dos semanas o, a veces, dependiendo del combate, una semana. Debías demostrar lo que valías durante esos días. Las jornadas de puertas abiertas eran el alma del negocio. Si no lo hacías bien, no te quedabas en el negocio. No se duraba tanto, porque nadie tenía el presupuesto para hacer frente a algo así durante cinco años, funcionara o no.»

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