Meltzer: “Nadie tras bastidores esperaba que Lesnar ganara en WM”

Fue una de las grandes sorpresas no sólo del año, sino de la historia de WrestleMania: Brock Lesnar batió a Roman Reigns y retuvo el Campeonato Universal. Considerando su inminente marcha a UFC y que “The Big Dog” estaba a un paso de consolidarse como cara de la empresa, sin duda, finalmente el estelar consiguió robarse muchas miradas, aunque no precisamente por su calidad.

Y es que los entresijos de este encuentro propician titulares desde el domingo, y se intuye que seguirán haciéndolo en las próximas semanas. No resulta buen síntoma que se hable más de lo que pasa tras bambalinas que de lo que ocurre sobre el ring, pero parece que WWE ya está sacando tajada. De eso trata la Reality Era, como dejó entrever Dave Meltzer en la última edición de su Wrestling Observer Radio. El periodista ofreció nuevos detalles de la inesperada victoria de Lesnar; tan sorpresiva, que el árbitro fue uno de los últimos en enterarse.

“Quiero decir que, literalmente, nadie tras bastidores esperaba que Lesnar ganase. Al árbitro se lo contaron durante el combate para que pudiera hacer la cuenta de tres, así supo que Lesnar iba a ganar. Pero eso no sucedió hasta que estuvo en el ring y el combate ya había empezado. Eso demuestra lo lejos que fueron con esto. Todo el mundo creía que Roman Reigns iba a ganar.

“Roman Reigns hizo una promo en Raw y no sé exactamente cuánto de legítima tuvo cuando empezó a hablar de no saber nada y de que Vince McMahon no lo miró a los ojos y todo eso. Pero obviamente fue una promo, porque querían que lo supiéramos. Fue una promo hecha para que leyeras entre líneas“.

Efectivamente, pareció por completo que Reigns, disgustado porque su victoria y coronación en WM no tuvieron lugar, atacaba a la directiva. De ahí que Meltzer dude de si en algunos puntos el samoano se salió de guión, porque estuvo a un paso de romper el “kayfabe”. ¿Puso entonces Lesnar como condición su triunfo del domingo para renovar (o extender su contrato, según Meltzer)? Es lo único que explicaría ese cambio de planes a última hora.

Hace algunas horas reportamos que Vince no dio luz verde al uso de la sangre durante el estelar. Y bueno, ya saben que la imagen más perdurable del duelo será la de un Reigns cubierto por ella, y en última instancia, defenestrado. Lógico que el enfado de Reigns pueda tener mucho de verdadero, porque tal y como afirmó bajo una entrevista antes del magno evento, ganar a Lesnar hubiese supuesto una victoria de los talentos a tiempo completo.

De nuevo, al veterano se le conceden privilegios y el castigo es nulo. ¿Qué le sucedería a cualquier Superestrella que arrojase un cinturón contra el Chairman? Los defensores de Lesnar dirán que se ha ganado estos provilegios, pero ahí debo diferir. Podría tolerarse viniendo de una leyenda con casi 30 años de trayectoria como The Undertaker, pero recordemos que Lesnar apenas tiene un recorrido de ocho años en WWE. Su mera condición de taquillero no justifica estos excesivos aires de divo.

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En definitiva, el prestigio de una compañía de lucha libre se basa en su credibilidad, en mantener un mínimo de coherencia. ¿Qué sentido guarda ahora un nuevo choque entre Lesnar y Reigns, en The Greatest Royal Rumble? Se supone que el samoano ya gastó su oportunidad y falló, por lo que debería ponerse de nuevo a la cola de retadores.

WWE ha sacrificado una construcción tan longeva, que culminaría con el ascenso definitivo de su gladiador estrella, por una extensión de contrato a un veterano a tiempo parcial. La clave está en que gracias a internet, los fanáticos lo saben, y aún así siguen comprando el producto. A todas luces, no puede negarse que la Reality Era es un éxito.

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