Jerry Lawler: “Miré al cajón esperando que Brian se sentara y riera”

Brian Christopher fue despedido por familiares y amigos el pasado viernes en su Memphis natal, con cajón personalizado al más fiel estilo Grand Master Sexay (y con un toque de los Steelers) e ingresando con la entrada musical que utilizaba junto a Too Cool en sus años dorados en la WWE, pues “así le hubiese gustado”. Testimonios e imágenes se prestaron por parte de algunos asistentes al canal local ABC 24.

El mismísimo Jerry Lawler se hizo fuerzas para ponerse delante de la cámara y recordar a su hijo del mejor modo, no sin quebrarse por algún instante, como puede entenderse con facilidad, pero ofreciendo el mensaje. El miembro del Salón de la Fama WWE hizo hincapié en su dolor y en la huella que su primogénito dejó en todos aquellos que lo conocían:

“Este debe de ser uno de los días más difíciles de mi vida. Si alguna vez escuché, o lo oí miles de veces, que enterrar a un hijo es lo más difícil… eso es lo que estamos haciendo hoy. Mi pareja Lauren y yo estábamos mirando al cajón y no podía dejar de mirar abajo, casi esperando que Brian se sentara y empezara a reír. Es… duro. Era un personaje inolvidable y todos los que conocían lo amaban”.

Mientras que no hay muchos detalles, la familia ha iniciado una investigación sobre el fallecimiento de Brian y no descartan que haya habido algo o alguien lo impulsaran a accionar del modo en que lo hizo, con Jerry mencionando en un comunicado hace unos días que “puede que haya más sobre el asunto que escape del conocimiento”.

Según informes, el joven de 46 años no mostraba indicios de pensamientos suicidas al momento de ingresar en prisión, donde estuvo recluso en una celda aislada por ser una personalidad (dentro de todo) famosa por alrededor de un mes. Sin embargo, el mismo aislamiento podría haberlo inducido a dichos pensamientos, de acuerdo a lo que opina Sean Waltman.

Si a eso le sumamos que ya había tenido un pasado intento de suicidio tres o cuatro años antes y que batalló contra las adicciones por décadas, no parece tan descabellado que algo así se le cruzara por la mente. Durante sus últimos años de vida, fue arrestado en múltiples ocasiones por motivos relacionados a la posesión de drogas, manejo bajo los efectos del alcohol y problemas del mismo índole.

Al parecer, su padre planeaba internarlo en un centro de rehabilitación una vez cumpliese su condena y lo inspiró a limpiarse permanentemente ofreciéndole un lugar como entrenador en el Performance Center, si es que WWE se lo concedía.

Por supuesto, desde SÚPER LUCHAS no dejamos de enviar energías positivas y fuerza a la familia y amigos de los Lawler en este tiempo tan complicado.

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